Llevar al cine un universo tan complejo y rico como el de Dune no es tarea sencilla. Basada en la icónica novela de ciencia ficción escrita por Frank Herbert, esta adaptación cinematográfica ha logrado destacar no solo por su historia, sino también por la visión meticulosa de su director, Denis Villeneuve. Más allá de su capacidad creativa, el cineasta canadiense es conocido por imponer estrictas normas durante sus producciones, una de las cuales ha generado especial interés: la prohibición absoluta del uso de teléfonos móviles en el set de rodaje.
La filosofía detrás de un set sin teléfonos
Para Villeneuve, la concentración es el eje central de cualquier producción cinematográfica. En una reciente entrevista con el Los Angeles Times, el director de Blade Runner 2049 compartió su preocupación por cómo los teléfonos inteligentes han transformado la forma en que interactuamos con el mundo. Según sus palabras, “nos comportamos como circuitos de inteligencia artificial, atrapados en un sistema gobernado por algoritmos”.
Villeneuve no dudó en describir los dispositivos móviles como una adicción moderna: “Es compulsivo, es como una droga. Tener acceso instantáneo a cualquier información, canción o libro a través del teléfono puede parecer fascinante, pero también limita nuestra capacidad de estar realmente presentes”.
Esta filosofía personal trasciende su vida diaria y se convierte en una norma estricta dentro de sus sets de rodaje. Para el director, el cine no es solo una experiencia visual, sino también un acto de conexión humana y creatividad colectiva.
“El cine es un acto de presencia”
Villeneuve compara el proceso de hacer cine con el trabajo de un pintor: “Cuando un pintor trabaja, necesita estar absolutamente concentrado en cada pincelada, en cada color que coloca sobre el lienzo. Como cineasta, ocurre lo mismo, pero con un equipo entero. Todos deben estar conectados, escuchándose mutuamente y trabajando en perfecta sintonía”.
Bajo esta lógica, los teléfonos móviles no tienen cabida en sus producciones. Desde el primer día de rodaje, Villeneuve deja clara su regla: todos los involucrados deben estar completamente enfocados en el presente. “La relación y la comunicación son fundamentales en el set, y los dispositivos móviles interfieren en esa dinámica”, afirmó categóricamente.
Una medida poco común en tiempos modernos
En una era donde los teléfonos inteligentes son prácticamente una extensión del ser humano, las medidas de Villeneuve pueden parecer extremas. Sin embargo, para el director, esta norma no solo garantiza un ambiente de trabajo más concentrado, sino que también refuerza la esencia misma del cine como arte: un proceso creativo que requiere dedicación total y conexión emocional entre los participantes.
Es este enfoque, junto con su talento y precisión, lo que ha convertido a Villeneuve en uno de los cineastas más destacados de su generación. Su compromiso con la calidad y su visión única han elevado a Dune como una de las películas de ciencia ficción más aclamadas de los últimos años.
En un mundo donde las distracciones están a solo un clic de distancia, Villeneuve nos recuerda la importancia de desconectarnos para crear algo verdaderamente memorable. ¿Será esta filosofía parte del secreto de su éxito? Quizás sí, pero lo que queda claro es que el director está dispuesto a desafiar las normas modernas para mantener viva la magia del cine.