Edugenio Derbez presenta una nueva producción norteamericana, con calidad Hollywoodense y una mezcla de humor tradicional y la sobrevivencia latina en Estados Unidos.
Cuando Maximiliano es un veinteañero (Interpretado por Vadhir Derbez en esta etapa), es un cazador de mujeres mayores millonarias. Así conoce a la que, será su compañera durante 25 años (Renée Taylor), hasta que ella lo cambie por un vendedor de autos, mucho más joven, por supuesto, y bote a nuestro cazafortunas a la calle y sin un peso (o dólar). Al encontrarse desamparado, Maximiliano busca a su hermana Sara (Salma Hayek), una arquitecta y madre soltera que vive con su hijo Hugo (Raphael Alejandro), en un modesto departamento que será el nuevo hogar del ambicioso e inmaduro Alexander. Todo parece perdido, hasta que el mismo Hugo, le dará una oportunidad de volver a la lujosa vida a la que estaba acostumbrado.
La cinta, producida con capital completamente americano, es una buena combinación de la comedia que ha caracterizado a Eugenio Derbez y la producción estadounidense. El comediante mexicano definitivamente conoce a su mercado y después del gran éxito de No se aceptan devoluciones, esta cinta no exigió mucho y se dedicó a entregar un formato simple, de comedia burda pero efectiva. En Cómo ser un Latin Lover, no encontramos ninguna propuesta diferente o revolucionaria del género, incluso, en algunos momentos, es predecible el gag que vendrá a continuación; sin embargo, aun así, logra transmitir emoción y empatía con el espectador, al puro estilo del creador de La Familia P. Luche.
Las actuaciones convencen, son caricaturizadas, pero sostienen el guion, destacando la participación del pequeño Raphael, quien en algunos momentos, tiene en sus hombres toda la secuencia y sabe rescatar a la historia del pastelazo para hacerla emotiva. Sumado a los personajes principales, cuenta con un la participación de Kristen Bel, Rob Lowe, Michaela Watkins y la que fuera una sex symbol de los setenta, Raquel Welch.
Por supuesto, dentro de Cómo ser un Latin Lover, hay drama y relaciones familiares estremecedoras (porque #Latinos), sin embargo, no se abusa de ellas, ni se ve la intención de que el espectador sufra dentro de la sala, la película es mero entretenimiento.
¿Vale la pena verla? Sí, porque es una comedia entretenida del género Derbez quien, notarás, hace un gran esfuerzo “del otro lado del río” por dejar huella dentro de la industria. Pero si no te agrada ninguno de sus proyectos pasados, no es el tipo de cinta que disfrutarás.