Todos en algún momento de nuestra vida, le hemos temido a lo que pasa cuando apagamos la luz, ¿Y qué pasaría si en realidad hubiera algo a qué temerle?
Cuando las luces se apagan, es una cinta cuya premisa son las apariciones que toman forma cuando bajamos el switch, una idea simple que no se complica en enredos paranormales, simplemente se concentra en asustar al espectador. La cinta, del debutante director de largometrajes, David F. Sandberg, está basada en un corto escrito por él mismo, que seguramente viste en redes sociales, pues Sandberg se ha popularizado en internet con el corto homónimo a la película, sumado a Closet Space y Attic Panic.
La película nos presenta a Sophie (María Bello), madre de Rebecca (Teresa Palmer) y Martin (Gabriel Bateman), Sophie es una madre atormentada por la soledad y aparentemente, un pasado que se descubre poco a poco durante la trama; mientras que su hija, es una chica rebelde que se ha alejado de ella y vive su vida sin complicaciones. El pequeño Martin es quien une a las dos mujeres cuando comienza a experimentar horror cuando la luz de la su cuarto se apaga, y pide ayuda a su hermana, quien cree en el pequeño y recuerda cómo ella también vivía fenómenos terroríficos tras la muerte de su padre.
La cinta, como mencioné al principio, se narra de una forma simple y no es pretenciosa, y es tal vez esto lo que la convierte en una aterradora película que genera sustos, tensión y miedo en la sala, sin duda, la dirección de Sanberg es uno de los elementos que más aportan a este resultado, sumado a la experiencia de gran parte del equipo de producción que ha trabajado en películas como El Conjuro, Insidious, Destino Final 5 y Rápidos y Furiosos 7.
Cuando las luces se apagan sabe convertir un corto en una cinta de 81 minutos sin ser tediosa o redundar, con una buena dirección de cámaras y buen manejo de suspenso, sin duda una película de nuestras favoritas en los últimos meses, que si bien, no llega a revolucionar el cine, da un respiro al cliché actual, se olvida por completo del “cámara en mano” y se apalanca de un miedo que todos tenemos, aunque aparentemos que no.
Por cierto, la película me recordó a esta aterradora canción llamada “No apagues la luz“, ¿No es siniestro el canto de los niños y la sonorización?