¿Cuánto podemos juzgar a nuestro entorno familiar del presente que vivimos y el futuro que proyectamos?
El Castillo de Cristal, película basada en el libro autobiográfico de Jeannette Walls, inserta esta pregunta en tu mente y no la deja salir durante toda la cinta, en un ambiente dramático, estremecedor y completamente caótico.
La vida de Jeannette (Brie Larson), parece machar viento en popa; es una reconocida periodista de notas rosas, comprometida con David (Max Greenfield), quien está ansioso por conocer a sus futuros suegros, idea que aterra a la joven, pues su familia vive un estilo de vida completamente distinto al de ella.
La historia del Castillo de Cristal se cuenta a través de flashbacks entre la infancia y adolescencia de Jeannette y su familia. Hija de Rex Walls (Woody Harrelson) y Rose Mary (Naomi Watts), junto tres hermanos; viven bajo una filosofía de “austeridad”, que prácticamente los tiene al límite emocional y económicamente. Violencia, alcoholismo y mentiras son parte de su acelerada vida. Pero también lo son el valor a los pequeños detalles y la unión familiar. Rex es un padre que se ha dedicado a ocultar verdades a sus hijos, para, según él, protegerlos; también se dedica a desarrollar su creatividad y raciocinio para formarlos como hijos independientes, al mismo tiempo que los encalla a una vida llena de carencias. ¿Buena o mala educación? El juicio se forma en cada espectador.
El inicio de El Castillo de Cristal recuerda mucho a Capitán Fantástico, debido a la premisa donde se busca un estilo de vida alejada del capitalismo, sin embargo, la biografía es mucho más compleja en el sentido de desarrollo. El director Destin Daniel Cretton, genera una atmósfera de tensión que se logra también gracias al trabajo de interpretación de los protagonistas, resaltando muy por encima de todos el de Woody Harrelson, quien ofrece una dualidad de amor – odio con su familia.
El Castillo de Cristal es una ventana hacia un mundo que no dista mucho de la realidad de todos, errores cometidos por padres que en ningún momento tuvieron la intención de herir a sus hijos. La cinta se narra desde la perspectiva de su autora, dato a tomar en cuenta para crear los veredictos propios.