Tras el dolor de perder a una hija, un hombre encontrará tres elementos que le harán recuperar la fe.
[dropcap type=”square” color=”COLOR” background=”COLOR” ]T[/dropcap]ras un éxito literario mundial, que encabezó la lista de best-sellers del New York Times por más de setenta semanas, ventas por más de 22 millones de copias y una traducción actual a 40 idiomas; el director Stuart Hazeldine lleva la historia que escribió William P. Young a la pantalla grande presentando a Mack Phillips (Sam Worthington), un padre que, aparentemente tiene la vida perfecta al lado de su esposa e hijas. Un día, al salir de campo, una de sus hijas desaparece inexplicablemente y desde ese momento, la felicidad de la familia va en picada hasta que en un punto, el padre debe regresar al bosque para encontrar respuestas a la tragedia, encontrando mucho más de lo que esperaba.
Uno de los aciertos de la cinta es que no se aferra a inculcar una religión, a pesar de estar basada en un texto de un fanático religioso como lo es Young. La Cabaña toma diferentes matices que van desde el rosa espiritual hasta la violencia familiar, con una buena dosis de metáforas y referencias bíblicas, pero que insisto, se alejan del discurso religioso para dar un sentido de amor puro. La personificación de la Trinidad de Dios, con quienes se reúne Mack al llegar a la cabaña también es muy interesante, sin dar spoiler, diré que da un giro a la percepción planteada por siglos.
Aunado al apoyo bíblico-espiritual, La Cabaña tiene una fotografía muy bien cuidada, que inspira, por supuesto, a reflexionar sobre los mensajes que se dan, pausadamente, en la cinta. Eso sí, la película se toma su tiempo para que el espectador analice y aterrice cada uno de las frases con silencios que, pueden ser incómodos para quien no vaya con suficiente paciencia, ya que la película dura poco más de dos horas.
Uno de los puntos débiles de La Cabaña son sus actuaciones y efectos especiales (estos últimos si son demasiado amateurs). En el caso de las interpretaciones, se notan débiles, un poco incrédulas y en otras ocasiones sobreactuadas, pero, al final cumplen con transmitir un mensaje en una película cuyo argumento es el punto central de la trama.
La Cabaña es una película que pueden disfrutar las personas que gustan de la literatura, porque prácticamente es fiel al libro en guion y narrativa. Al final, tiene un mensaje de amor y perdón que vale la pena tener en cuenta.