Ambas historias son emotivas y apasionantes, por un lado, la pareja de 1940 nos lleva a un enamoramiento “a la antigua”, tierno, con caballerosidad y colores rosas, mientras que Luke y Sophia se enamoran de una manera pasional y coqueta, con tintes de ser un amor fugaz. Cada una por su cuenta sube, baja y tiene que hacer sacrificios para que la relación continúe, sin embargo, las historias de cruzan cuando Ira Levinson (Alan Alda) en una edad adulta, comienza a relatar su historia a Sophia través de cartas a su amada.
El viaje más largo es una película cien por ciento romántica que seguro los amantes del género disfrutarán, y para los que no somos fanáticos, nos entretiene con los buenos cuadros de la época y del viejo oeste, a pesar de algunas irregularidades en vestuario y tropiezos en el guión.
Hay que destacar la actuación de Oona Chaplin (en el papel de la joven Ruth) quien llena la pantalla con magia en cada expresión y la de Scott Eastwood quien además de un muy buen físico, ofrece la galanura ideal y logra hacer un match con Robertson para involucrarnos en cada situación que vive la joven pareja.
En general es enriquecedora, reflexiva e inspiradora.
Veredicto 9/10
