La bella Emilia Clarke y el –muy- guapo Sam Claflin narran una historia convencional pero entretenida.
Sin ambición de trascender en el género, Yo antes de ti, cinta basada en el bestseller de Jojo Moyes, nos presenta un cliché de amor que demuestra cómo el amor puede llegar para iluminar los últimos momentos de un cuadripléjico.
Para los amantes de las historias románticas, llega esta cinta que presenta a Louisa Clark y el millonario William Traynor, quien sufrió un accidente que lo dejó inmóvil y para el cuál, han contratado a Lou, quien ha aceptado gustosa, como hace todo en su vida. Ella es un poco dispersa, inocente y colorida, viste con una luz y estilo propio; algo no clásico para la comunidad en donde vive. Al llegar al castillo de los Traynor, ella se percata que su trabajo será complicado, pues él, naturalmente, está trastornado por tener que estar atado a una silla de ruedas, sobre todo cuando, durante la historia nos cuenta cómo él era un amante de los deportes extremos y la aventura. Pero ella pone todo su empeño por darle una nueva vida, y claro, su alma ingenua conquista a primera vista a Will.
Si bien la historia prometía sacar muchas lágrimas, se queda corta en eso, no es una cinta tan dramática y lamentosa como Bajo la misma estrella, ni tan amorosa como PD. Te amo, sobre todo, por las actuaciones, que, fuera de Clarke, se quedan en intentos de interpretar sus papeles, incluso el mismo Will se siente sin evolución, a diferencia de Lou, quien termina con una de las más grandes lecciones.
Yo antes de ti no es mala, en lo personal, disfruté mucho de la película, pero hay que reconocer que se siente fría en ratos, si bien es cierto que los ingleses no se caracterizan por ser tan efusivos como los mexicanos, algo no termina de cuajar con la historia, es como que nunca termina de arrancar. Sin embargo es una opción entretenida, que se disfruta y te regala muchas –hermosas- sonrisas.