Una vorágine de emociones es lo que nos regala Russell T. Davies con su nueva micro serie sobre el efecto del SIDA en los años 80. It’s a sin, es sin duda, una de las mejores producciones este año.
Ya he mencionado que no soy particularmente fanático de los dramas; sin embargo, hay series que sí o sí, se tienen que ver, It’s a sin es una de ellas. Global en emociones, la narrativa, actuaciones y personajes entrañables que inclusive con un solo capitulo les basta para llegar a nuestro corazón.
¿De qué trata?
La trama se centra en un grupo de amigos, que se conocen en la gran Londres de los años 80 – 90. Provenientes cada uno de distintos poblados cercanos a la capital, en busca de sus sueños. Pero también encuentran la libertad de disfrutar una vida de fiesta, sexo, amoríos y grandes experiencias. Justo en la época dónde se vive una gran preocupación por la inminente expansión de un tipo de enfermedad parecida al cáncer, que por alguna razón ha proliferado en la población LGBT+ .Exacto, el SIDA.
En aquél entonces, apenas surgía información respecto al VIH y su evolución, considerada por muchos como un mito, incluso por alguno de nuestros carismáticos personajes.
La época y el SIDA.
El retrato que nos presenta Russel sobre este momento en una síntesis con mucha alma, seguro que te llegará al corazón. Nos hace reflexionar no solo sobre lo difícil que fue para los contagiados con la enfermedad, sino también la intolerancia de la sociedad hacia un grupo de por sí ya vulnerable, como la comunidad LGBT+.
Existen matices que nos dan un poco de alegría dentro del drama, sin embargo, juega con ellos para dejar claro el mensaje de reflexión. Incluso planteándonos en algún punto, la posibilidad de ser una enfermedad que hubiera afectado a la población en general, aludiendo a la segregación que se impuso. Podemos ver incluso, personas que pasaron los últimos días de su vida completamente aislados.
Un retrato social Vigente.
En el contexto principal, It’s a sin, también aborda de manera magistral el entorno homosexual de la época, que bien podemos incluso colocar en la actualidad. Los protagonistas del drama, son muy distintos entre sí, en actitudes, costumbres, la forma en que llevan su sexualidad y hasta su forma de vestir.
El mensaje claramente es de diversidad y aceptación, todos conviviendo en un mismo lugar, sin problemas de ego o prejuicios. Cada uno con su historia, pero en común el apoyo y cariño de sus amigos.
Inmejorable narrativa y actuaciones.
El reparto es perfecto, Olly Alexander, Lydia West, Omari Douglas y Nick Patrick Harrys entre otros, logran que darle un motivo al increíble guión. Es verdad, vas a lograr hacer empatía con todos los protagonistas. Mención especial para Andria Doherty, que interpreta a Eileen Morris, madre de Colin (Callum Scoth), ella es responsable de momentos sumamente emotivos que me partieron el alma.
Sin demeritar el trabajo de ninguno, ya que, a pesar de que existen personajes que solo aparecen en capítulo, es suficiente para dejarnos un gran mensaje.
En resumen. ¡Qué gran serie!
Una de las ventajas, es que se trata de una micro serie de 5 episodios, aproximadamente de 40 – 50 minutos. Digo que es ventaja, porque no logra cansar el drama, además el desarrollo es tan bueno que no se necesita mucho más para quedarnos satisfechos.
En resumen, It’s a sin, es una serie imperdible, retomando lo que dije líneas arriba, nos viene perfecto para el momento que vivimos actualmente, tanto a nivel social, dónde todavía existe discriminación, ocasionalmente hasta en la misma “comunidad”. Seguro a más de uno logrará afianzar los valores de inclusión y respeto. Pero también a nivel salud, con la inminente evolución que a traído la pandemia, dónde si nos afectó a la sociedad mundial en general, y la reacción de la industria farmacéutica y científica no se hizo esperar.
La mejor línea que puedo redactar aquí es mi invitación a que la veas, de verdad es muy buena. Seguro si eres empático con la vida y tus amigos, te encantará. Si ya la viste, cuéntanos que te pareció. Está disponible en la plataforma de HBO max.
