Cinco exploradores del más allá, enfrentan las consecuencias de retar a la muerte y a su propio pasado, aunque la cinta no resucite con la facilidad de sus protagonistas.
Conocer qué habrá en el más allá, y la experiencia después de la muerte, es un tema que ha intrigado a todo el mundo desde siempre. Bajo esta incógnita, un grupo de estudiantes médicos liderados por Couney (Ellen Page), comienzan un experimento que consiste en detener su corazón por algunos minutos, y después resucitar mediante reanimación cardiopulmonar (RCP). La estudiante estrella, convence sin mucho esfuerzo, a un grupo de compañeros que estudian con ella para llevar a cabo su experimento: Jaime (James Norton), Marlo (Nina Dobrev), Ray (Diego Luna)y Sophia (Kiersey Clemons).
Conforme cada uno de los médicos experimenta la sensación de la muerte, recuperan información que no sabían que tenían en su mente, o ni siquiera habían estudiado. Pero junto con estas habilidades, vendrán consecuencias que comienzan a atormentar a cada uno, con experiencias y traumas de su pasado.
A pesar de que la premisa interesa y motiva en la primera prueba que realizan, la estructura de la cinta tiene una intención que nunca termina de ser clara. Cabe mencionar que esta es un remake de hace veintisiete años, protagonizada por Kiefer Sutherland, Julia Roberts, Kevin Bacon, ente otros, y que según las personas que la vieron, es una copia fiel. Esto podría justificar que la cinta toma caminos que ahora suenan ilógicos y poco racionales.
Peter Filardi y Ben Ripley, responsables el guion de esta película, no se preocuparon mucho por hacer una columna vertical que soportara los misterios del más allá, o los argumentos de su cast, que en muchas ocasiones, se tornan hasta cómicos de lo inverosímiles ante las situaciones planteadas.
Definitivamente, Línea Mortal se queda Al límite de la comedia y de lo real, sacando de contexto una idea que pudo ser interesante para el público.