Con una de las premisas más interesantes, la cinta dirigida por Alexander Payne pierde el hilo después de su primer acto y además, omite escenas mostradas en el tráiler.
La propuesta inicial, sobre un mundo en miniatura donde los humanos fueran reducidos a doce centímetros, viviendo como millonarios, fue suficiente para que Payne desarrollara su primera cinta de alto presupuesto en Hollywood; esta sería una comedia, con un tema de ciencia ficción que prometía entretenimiento ligero. Sin embargo, Pequeña Gran Vida termina abriendo tantas puertas que al final no se cierran ni se concluyen, dejando al espectador en el mismo punto donde comenzó la cinta.
Paul (Matt Damon) y Audrey (Kristen Wiig), son una pareja de Omaha, cuyas deudas los rebasan y su vida se ha convertido en una rutina miserable que ninguno de los dos disfrutan. La solución a sus problemas, parece ser el método de reducción, cuyo objetivo primordial, fue disminuir el consumo de recursos humanitarios y evitar la sobrepobalción mundial. Además de que, en un mundo en miniatura, el dinero que se posee, se multiplica por millones, para una vida de lujos y excesos.
¿Interesante? Muchísimo. La primera parte de Pequeña Gran Vida, nos introduce completamente en este fenomenal proceso, dándonos los detalles del método, y conquistándonos con la estética que presenta este universo. Sin embargo, una vez adentrados en el su mundo, la historia comienza a dar giros que no llevan a ninguna parte, soltando cabos, apareciendo y desapareciendo personajes que no aportan en lo absoluto a la historia y perdiendo tiempo en escenas que no dicen nada. A mitad de la película, toda expectativa vendida se esfuma para chocar con una narrativa gris y dramática.
Los secuaces de Damon, Christoph Waltz y Udo Kier, intentan reforzar el hilo de la historia, sin embargo, Paul es un personaje tan plano, que no lo consiguen, y envían todo el peso de la comedia a Hong Chau, quien interpreta a una vietnamita refugiada que en algún momento de su vida fue un héroe, y ahora, limpia casas para sobrevivir y ayudar a los demás, aunque su personaje está tan lleno de clichés asiáticos, que cansa al espectador.
En Pequeña Gran Vida, tanto guionistas como director intentan dar una crítica social, disfrazada de una comedia científica de dos horas, sin lograr ninguna de las dos. Pequeña Gran Decepción.
Al final, cada persona tiene una opinión, ¿Te gustó la cinta?