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RESEÑA | Buscando a Dory

Por Círculo Postal

Buscando a Dory se vuelve profunda, mucho más que el océano; y no hacen falta villanos o depredadores fantásticos, porque ella conoce a los más grandes, los que viven en su  interior.

Etamos acostumbrados a que las continuaciones de las películas se aferren a su antecesora y gran parte del guión esté soportado en la primera historia justificando y utilizando el sentimiento de nostalgia con los personajes ya conocidos para poder enganchar la nueva historia; pues en Buscando a Dory pasa todo lo contrario y voy a necesitar de tu paciencia para leer, porque va a haber mucho corazón aquí.

Hace solo trece años que una pareja de peces payaso conquistara al mundo con un rescate que pondría a prueba la valentía y el amor de un padre a un hijo. Haciendo un flashback al 2003, Buscando a Nemo fue ganadora del Oscar como Mejor Película Animada, y nominada como Mejor Guión Original, Mejor Banda de Sonido y Mejor Edición de Sonido, obviamente la vara que dejó esta cinta era demasiado alta como para que una pequeña pez olvidadiza la superara, sin embargo, Buscando a Dory hace mucho más que superar, sino que, se aleja de Nemo para ser completamente de Dory.

Cuando comenzaron a difundirse las primeras imágenes de Dory, tenía mis dudas de la propuesta, creí que, como dije antes, sería una historia anclada a la cinta de 2003 y que utilizarían una fórmula un tanto similar para el desarrollo, incluso pensé que podría terminar como el trágico caso de los pequeños bufones amarillos. Sin embargo, hubo específicamente un momento que me dijo que sería distinta: el póster del océano donde sólo aparecía la mitad de Dory.

Buscando a Dory trata de introspección y el descubrimiento, del enfrentamiento de ella con ella misma, su realidad y sus miedos. Dejemos de lado que cruza el océano en busca de su familia, porque eso es lo que menos le cuesta trabajo en comparación con el reto de vivir de mano del miedo de olvidar, este miedo que la acompaña día a día y que en Buscando a Nemo fue fuente de comedia para su personaje, pero no, Buscando a Dory muestra que no es nada divertido vivir con un problema de esta magnitud y cómo ella, podría desaparecer un día sin recordar quién es, ¿puedes imaginarlo en la vida real?

A esta atmósfera se suman fotografías que dicen mucho más que los mismos diálogos; si exploramos el tono de la cinta es completamente oscuro en el sentido dramático y, no quiero spoilear pero hay escenas que impactan tanto que sientes cómo se hace el nudo en la garganta (lo más seguro es que llores unas cuantas veces). Y a todo esto, se le suma una banda sonora que toca intensamente el corazón, de verdad. El personaje de Dory está tan bien desarrollado que se vuelve parte de ti, está lleno de ternura pero a la vez tiene una profunda soledad y al mismo tiempo es muy optimista.

Lindsey Collins, productora de Buscando a Dory: “Aunque Dory olvida detalles de su vida cotidiana —como el nombre de Nemo—, su memoria emocional está bien: sabe que ama a Nemo y a Marlin. Y el amor que siente por sus padres ha estado con ella todo el tiempo.”

Buscando a Dory también presenta a nuevos personajes que complementan la historia, ni roban atención, ni pasan desapercibidos. Hank, un pulpo de siete tentáculos, se vuelve su cómplice en el centro acuático donde Dory recuerda, en una cadena de flashazos, que vivía con sus padres. A pesar de que Hank tiene una actitud sospechosa de principio, su personaje carga con un muy fuerte mensaje sobre el cuidado animal. La cinta explica también, algunos de las actitudes de Dory en la actualidad y se atreve a retar estas características del personaje dando un giro a algunas de las frases icónicas de la pez cirujano; además de presentar de forma cruda a la esperanz, la que incluye desolación y quebranto. Y nos deja una gran lección de vida quee me parece importantísimo, pero no quiero contarlo, quiero que lo veas y podamos platicar de ello.

Definitivamente no existe un punto de comparación entre Buscando a Nemo y Buscando a Dory, ambas son, para mi, excelentes propuestas de aventura y exploración, respectivamente. Una es color y otra oscuridad, risa y reflexión, naranja y azul. Por todo esto, esta vez no te recomiendo, te pido que vayas a ver Buscando a Dory, y que trates de olvidar todo lo que ya viste en la primera cinta, para que puedas disfrutar de la cautivadora historia.

Si después de todo esto, piensas que Buscando a Dory no es para niños, es todo lo contrario, tiene elementos divertidos, comedia y muchos momentos que hará reír a los pequeños, y sobretodo, aportará una fuerte cantidad de mensajes de aceptación; es sólo que Andew Staton y Angus MacLane (director y codirector) nos llevaron literalmente, a los más profundo en una de las mejores películas que he visto, mucho más humana incluso, que algunas live action.

P.D. HAY ESCENA POST CRÉDITOS que vale muchísimo la pena ver, no te levantes hasta que terminen todos los créditos.

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