El mundo de los vivos y el de los muertos jamás podrán combinarse sin tener problemas…
María y Michael llevan una vida plena junto a sus hijos Oliver y Lucy. Pareciera que nada puede interponerse en su felicidad hasta que un trágico accidente arruina su tranquilidad para siempre. El sufrimiento comienza cuando al ir conduciendo por un puente, María pierde el control y cae en una especie de río que cubre por completo el auto. En su desesperación por salvar su vida y la de sus pequeños, se percata que Oliver queda prensado dentro del automóvil. María logra escapar junto a Lucy y corre a pedir ayuda para Oliver, sin obtener éxito alguno.
Desde ese día, vive con el remordimiento de haber dejado a su hijo. Michael, su esposo, intenta ayudar en su duelo para limpiar la culpa, pero nada logra regresar la paz a su vida. Al ver la intranquilidad de María, Piki, su niñera hindú, decide ayudar contándole sobre un ritual que ella realizó cuando murió su hija:
“Deberá caminar a un antiguo templo situado dentro de un bosque encantado donde la línea entre el mundo de los vivos y el de los muertos es casi nula. Al llegar allí deberá esparcir las cenizas de Oliver sobre las escaleras, encerrarse dentro del templo y esperar a que caiga la noche”
Así María podrá darle el último adiós a su pequeño y volver a su vida de armonía junto a Lucy y Michael. Sólo existe una condición: Una vez que María esté dentro del templo y aunque Oliver suplique que le deje entrar, la puerta no debe abrirse. María emprende el viaje al templo y realiza el ritual de manera casi perfecta. Logra despedirse de Oliver y él le dice que no tuvo culpa alguna en el accidente.
Cuándo están a punto de despedirse, María se conmueve con el llanto de Oliver y rompe la norma, sale a buscarlo y con ello despierta la furia de los espíritus del inframundo. Su reencuentro con Oliver se vuelve un verdadero infierno, pues mientras su alma no vuelva al mundo que pertenece, él será malvado y Myrtu uno de los espíritus, destruirá lo que se interponga en el regreso de Oliver al más allá…
La película está catalogada como género de terror, pero pareciera que es más de suspenso o fantasía. Es una cinta“dominguera”, es muy predecible lo que pasará en el desarrollo de la historia y las acciones de casi todos los personajes. Lo interesante es que integra la leyenda hindú para justificar los sucesos paranormales y no como en otros filmes donde sólo comienzan a aparecer sin sentido alguno. Los efectos especiales son buenos al igual que las actuaciones de los personajes, pero la trama sigue siendo similar a muchas otras.