Una pequeña se interna en el mundo del aviador que ha dejado que pasen los años por su cuerpo pero no por su espíritu.
“DIBÚJAME UN CORDERO”
Más de una persona me ha dicho que, la historia de El Principito es una “caída de veintes” diferente cada que la lees, y difícilmente, una adaptación de cine puede conseguir trasladar esa esencia original de narrativa a la pantalla grande, sin embargo, esto no fue un problema para el director Mark Osborne (Kung Fu Panda), ya que la nueva adaptación sabe combinar la historia fiel del aviador en el desierto, con la de una niña que, años más tarde conoce a este viejo aviador y comienza a escuchar su historia. Para contar ambas historias, la película se apoya en dos técnicas, por una parte, la animación por computadora para la nueva historia y el stop motion para la de El Principito, que dicho sea de paso, es una fiel adaptación del libro original de Saint-Exupéry.
Con El Principito nos encontramos ante una de las mejores películas animadas que se han presentado en los últimos tiempos, está cargada de emociones, guiños y metáforas (aún en la historia “real” de la película), que nos hacen enfrentarnos con nosotros mismos y genera un revuelo interno. Es magnífico el clic que logra con el público, al grado de que, después de la mitad de la película, el guión puede darnos lo que sea sin que lo cuestionemos y nos preguntemos si es razonable.
Seguro, como en el libro, cada quién entenderá la parte que le corresponde, y es muy interesante escuchar a los pequeños que recién conocen la historia, hacer preguntas que tal vez nunca nos hicimos nosotros a su edad, considero que abre una ventana a la literatura, pues seguro a muchos que no han leído el libro les generará una ansiedad por descubrir todo el mundo del pequeño niño rubio.
El cierre de la historia es más que conmovedor, remata con la mezcla de ambas historias en una sola y sin que parezca un arrebato, es inspiradora, llena de aventura y capaz de hacer volar nuestra mente. Una película que definitivamente está recomendada para todo el público.
Veredicto 10/10