Todo comienza cuando los orcos deciden conquistar un nuevo mundo ya que el de ellos ha sido destruido, dirigidos por un ser lleno de magia vil deciden atacar el pacifico reino de Azeroth.
La guerra comienza al abrirse un portal que conecta ambos mundos, ambos ejércitos se enfrentaran uno por conquistar un nuevo reino y el otro se enfrentara por la extinción. En la película podemos observar personajes llenos de magia y fantasía; los personajes principales son dos héroes, uno de cada lado, en donde están a punto de llevar a cabo una batalla que sin duda cambiará sus destinos y la de sus pueblos.
Entre paisajes, maravillosos efectos y muy buena trama nos envolvemos y nos adentramos en una gran saga donde el sacrificio y honor son primordial, donde las expectativas son lo que lleva al guerra, y por su puesto lejos de solo observar una batalla, veremos las dos caras de una guerra, sus astucias y su estrategia donde cada bando luchará por defender a los suyos.
El reino de los orcos liderados por un ser malvado y vil cumplen con mucha ventaja además de tener características físicas mayores a las de los humanos de Azeroth, sin embargo eso no los detendrá puesto que ellos por su parte tienen al guardián del pueblo que con muy poca energía pero con la ayuda de un nuevo joven iniciado en la magia podrán dar lucha a defender la supervivencia de su pueblo, defender su honor y proteger el reinado. La clave de ello es un viejo acertijo; “de la luz nace la oscuridad, y de la oscuridad nace la luz”.
Esta película está llena de misticismos y magia. Si puedes no dudes disfrutarla en 3D o IMAX por que tiene muy buenos efectos. Cualquier persona, aún sin ser fan del videojuego puede disfrutarla, entenderla y sobre todo vivirla, nos deja un buen sabor de boca y a la espera de la continuidad de esta saga.