¿Y si tus abuelos descubren que nunca estuvieron casados? La familia griega vuelve a sus aventuras y ésta vez para reparar un error del pasado: el matrimonio inválido de los abuelos Portokalos.
Toula e Ian siguen felizmente casados y disfrutan su vida al lado de su hija Paris, quien está por iniciar su etapa universitaria, quizá lejos de ellos. Ambos intentan convencerla que se quede en la ciudad, pero Paris tiene una sola meta: ingresar a la universidad en New York. Quizá para la feliz pareja, esa decisión será un gran reto, sin embargo no tienen ni idea de lo que está por venir… La familia busca alternativas para convencer a Paris de quedarse en la ciudad a estudiar. El abuelo Gus propone conseguirle un novio griego, pero al momento de iniciar con su búsqueda, encuentra entre sus cosas el certificado de su matrimonio con María y para su sorpresa ¡no tiene la firma que lo hace válido!
Al inicio, parece que todo es un caos, pues María se rehusa a seguir casada con Gus, hasta que él le proponga verdaderamente matrimonio. Sin mencionar que la wedding planner renuncia al ver las exigencias y descontrol que tienen María y su familia. Pero no todo está perdio, la renuncia del planner es el pretexto perfecto para reunir a la familia una vez más y organizar la mejor boda del vecindario. ¿Pero que pasará con Paris? Su abuelo Gus, ¿logrará conseguir un novio para ella dentro de todo el caos familiar? Ese asunto y la universidad de su elección lo sabrán cuando vean la peli, ¡no quiero contarles el final!
La secuela de Mi gran boda griega es una pelicula cómica y muy simple. Lo que llama la atención es el cast, pues siguen siendo los actores originales de la primera peli, unicamente se sumó el personaje de Paris que tiene cietro protagonismo dentro de la historia. No es una pelicula tan larga o enfadosa, es perfecta para ir con familia o amigos, pues muestra los valores de la unión, apoyo y tolerancia que deben vivirse en una familia, así como el apoyo de los padres a sus hijos.