Bradley Coopley despierta nuestro apetito en una deliciosa pero caótica comedia.
Ahora que ser #Foodie está de moda, John Wells dirige una cinta que habla precisamente del amor a la comida y del amor que el amor a la comida provoca. Es la historia del Chef Adam Jones (el encantador Bradley Cooper), master de la cocina que lo tenía todo y lo perdió por problemas relacionados con drogas y un pasado que no nos cuenta del todo la cinta, pero que podemos imaginar por las consecuencias que vive actualmente en su regreso a Londres.
Una buena receta nos muestra a un experto de la cocina frustrado, trastornado y explosivo que busca una segunda oportunidad para ganar su tercera estrella Michelin, “la máxima calificación para un restaurante, que indica una cocina excepcional donde los comensales comen magníficamente, platillos distintivos que se ejecutan con precisión y utilizan ingredientes superlativos”, es un grado máximo para un experto de la cocina, pues.
La película arranca bien, dándote el pefil de este rocker-chef desenfadado y egocentrista, sin embargo, la historia se estanca un poco y le da vueltas a lo mismo casi hasta el desenlace. El guión (de Steven Knight), repite situaciones que ya nos ha mostrado antes y muchas no relevantes para la historia o el mensaje final.
La cinta habla de la obsesión de un Chef por alcanzar “su Oscar”, pero le dan toda la responsabilidad a Bradley Cooper para transmitirlo (y hay que reconocer el esfuerzo porque sí logra entretenernos por los cien minutos que dura la proyección). Sin embargo, en mi percepción, los productores olvidaron el sentido y la magia de una película temática, que es darnos un deleite de técnicas para lograr los platillos. Hay muchas fotos gastronómicas espectaculares, pero no logra atraparnos en la realización de ellos, no hay retos de realización, un juego de cámara por aquí y otro por allá, y voalá, el plato está servido.
Como toda comedia, tiene sus partes dramáticas y una historia de amor, en este caso con su compañera Helene (Sienna Miller), quien cumple con el papel sin mucho más que ofrecer. En resumen, Una buena receta es entretenida, fluye, divierte un poco, y te abrirá el apetito, pero queda muy lejos de ser una historia inspiradora.
Si ya viste Una buena receta te invito a dejar tu opinión de la película en los comentarios de esta reseña 🙂
Una buena receta (Burnt) | Trailer HD
