A 23 años del lanzamiento del álbum que cimentó la carrera de la indiscutible Princesa del Pop, “OOPS!… I DID IT AGAIN”.
Cuando hablamos de que Britney Spears hizo historia, este álbum es gran parte de ello: más allá de su contenido, el ÉXITO obtenido fue el que la convirtió en la artista femenina digna y capaz de romper miles de récords al estrenarse. Basta decir que el mundo entero lo amó. El mundo entero conoce su portada y el mundo entero conoce los sencillos que lo promocionaron: “Oops”, “Stronger” y “Lucky”.
Con este disco, Britney le daba un fabuloso seguimiento a su debut y sonido característico pop pulcro del año 2000 junto con sus baladas y esos diálogos entre las canciones que nos hacen sentir dentro de una clásica película romántica estadounidense.
En esta continuación “pop color de rosa” de su antecesor, también éxito arrollador “…Baby one more time”, Spears nos brinda una propuesta lírica un poco más elevada combinando con su suave y dulce interpretación vocal en “Dont let me be the last to know” “One kiss from you” y “When your eyes say it” nos deja rendidos a sus pies.
La nominación de OOPS!… I DID IT AGAIN
Nominado al Grammy como “mejor álbum pop vocal” y alcanzando los primeros lugares de todas las listas alrededor del mundo, este trabajo discográfico cuenta con la brillante participación del productor sueco Max Martin, que logró convertirse en un pilar en la carrera no solo de Britney, sino de la música pop.
A pesar del fenómeno, nunca olvidaremos (ni perdonaremos) cómo la prensa cruelmente obligaba a una chica de 18 años a lidiar con los duros señalamientos que cuestionaban su “inocencia” y “virginidad” mediática que la caracterizó en su debut, sobretodo en esos VMAS del año 2000 donde, GRACIAS A ELLA, se perfeccionó el significado y expectativa que implica dar una “performance”.
Al día de hoy, el álbum “Oops…! I did it again” es un referente de éxito masivo gracias a los múltiples logros comerciales como su doble certificación diamante por más de 20 millones de copias vendidas al igual que la atemporalidad de la canción, considerada por muchos como un clásico tanto en la carrera de la Princesa del Pop como en la música femenina.
