Una familia busca sobrevivir bajo protesta al sistema capital pero debe ser parte él para continuar con sus vidas.
Ben Cash (Viggo Mortensen) vive con sus seis hijos e hijas alejados de toda civilización construyendo “un mundo ideal” para ellos, mediante una educación independiente, autodidacta y progresista, en contra de todo mandamiento del capitalismo actual. La familia es el sueño ideal de todo hípster, cazan, siembran, cosechan y pasan el tiempo filosofando acerca de las distintas corrientes de pensamiento de los grandes intelectuales, incluso, celebran el nacimiento de Noam Chosky, en lugar de la Navidad. La utopía de inteligencia comienza a desquebrajarse cuando la madre de familia se ausenta para combatir una enfermedad y la familia debe enfrentarse al mundo popular, donde nadie entiende su forma de vida.
Matt Ross (director) ofrece una cinta que abre el diálogo en diversos ejes de crítica, por una parte, Capitán Fantástico es una ejemplificación del coche cultural al que se enfrenta una familia cuando sale de su zona de confort, por otra, es una historia tridimensional donde no hay buenos ni malos, y todos los aspectos tienen su razón de ser lógico, desde el punto de vista de cada personaje que los vive. Pero sobretodo, genera mil y una preguntas como ¿Es posible que exista un mundo de libertad y sinceridad absoluta? ¿Hasta dónde el sistema es culpable de algunas actitudes autodestructivas? Pero tampoco se clava con la narrativa, todo tiene tintes coloridos y el guión añade una buena dosis de comedia para sostener la cinta a pesar del fuerte contexto que la justifica.
Las actuaciones generales son decentes, pero quienes tienen todo el peso de la cinta son Viggo Mortensen y Frank Langella –el suegro de nuestro protagonista de izquierda-, con la interpretación de un padre poderoso y arraigado al sistema capitalista, frustrado por las decisiones de vida de su hija y de alguna forma, quien da la pauta para que la cinta tome relevancia y nos sea sólo un drama familiar.
Hay que ver Capitán Fantástico con mente abierta, definitivamente no es una cinta que disfrute todo el mundo, pero sí sería positivo que todos, en algún punto la vieran y generaran sus propias respuestas.